lunes, 7 de noviembre de 2011

¿ QUIÉN SE HA COMIDO MI TURRÓN ?.

Como un rayo que no cesa, seguimos a vueltas con el desastre económico, político y social de la CAM, donde cada mañana, desde hace meses, los Medios de Comunicación nos sirven en bandeja las noticias más desagradables sobre su situación y el desaprensivo comportamiento de unos individuos que, hasta ahora, no han sido capaces, o no han querido dar la más mínima explicación del gran desaguisado que, al parecer, montaron.

Pero como el culebrón sigue, solo faltaba, por añadidura, la noticia que corrió por todo el territorio nacional de que: la CAM no dará la caja de turrón a sus empleados, ni a sus hijos los juguetes, con motivo de la festividad de Reyes. Además de ser el chocolate del loro, una desvergüenza. ¿ Se quiere abaratar el coste de la CAM a costa del turrón ?. Menudo esperpento.

Noticia que a muchos empleados, en activo y jubilados, les ha causado indignación y cabreo, como a otros por tantas cosas. Unido a un pesimismo colectivo por una situación anómala que nada tiene que ver con la entrega de cientos de empleados que durante años tuvieron como exponente y norte, el prestigio, la honestidad y la seriedad de la CAM, de la que me anorgullezco de haber pertenecido casi cuarenta años.

Con la incertidumbre de los ERES. Gente al paro, movilización de puestos de trabajo, familias separadas, recortes en los derechos laborales......personas que no se merecen ser los paganos de esta " fiesta ". Y los sindicatos sin decir ni muuuu.

Como se puede suponer, no se trata del valor intrínseco de esos obsequios, aunque sí, sino la costumbre de tantos años en el que la entrega de juguetes, sobre todo, era un rito lleno de ilusión y alegría para cientos de niños y niñas. Este año, habrá que decirles que no reciben los juguetes por que a alguien de la CAM se le olvidó escribir la carta a los Reyes Magos. Realmente, inexplicable.

Es una pena que en este mundo globalizado, en medio de una maraña de intereses, un colectivo como los empleados de la CAM tengan que apechugar, injustamente, tapando impúdicamente, muchos acontecimientos, haciéndolos suyos.

Habría que saber si los que, al parecer, han provocado la ruina y desaparición de la CAM, si se les va a remover la conciencia, si es que alguna vez la tuvieron, cuando sepan que cientos de niños que desde su nacimiento mamaron la CAM se van a quedar sin juguetes. Que a decir verdad, bien podrían pagarlos con las astronómicas cantidades de euros que se llevaron.

Las amas de casa solo nos van a preguntar: ¿ Quién se ha comido mi turrón ?