martes, 17 de enero de 2012

¿ QUIÉN CONTROLA AL CONTROLADOR ?

Desde que el señor Rajoy ha subido los impuestos, dijo que no lo haría, se ha creado una importante alarma social entre las clases más desfavorecidas, pensionistas y asalariados, con la evidencia vergonzosa de tener que tapar el gran agujero del déficit público del despilfarro, la corrupción y el descontrol de la mayoría de las administraciones públicas. ¿ Dónde ha ido a parar el Código del buen gobierno ?: a una ruina política-social-económica.

No tenemos más que observar las crecientes denuncias en la mayoría de Medios de Comunicación de los escándalos de corrupción. Cuanto más graves son las denuncias sobre las irregularidades cometidas en muchos organismos públicos, más crece la indignación entre los ciudadanos. La impunidad a la vista está.

Este ambiente social de insatisfacción y desconfianza provocado por la incesante corrupción y el exceso del gasto público, queda explícito y comprobado que la inepta y, a veces interesada aplicación de los recursos públicos, está reclamando a gritos un control interno y externo que no vemos por ninguna parte.

Paralelamente a cualquier sistema de control, son los tribunales de cuentas los que deberían ejercer la fiscalización del gasto para evitar abusos y conductas irregulares, defendiendo los intereses colectivos.

Ante este escenario deberían existir directrices y normativas sancionadoras, por ley, no sólo al organismo sino al responsable de turno, para erradicar un sistema que da pie a malgastar los recursos y propiciar el clentelismo corrupto, alejado de la honraez pública. Menos mal que son pocos, pero hacen tanto ruido.

En estos momentos, la subida de impuestos a nivel estatal, ya está produciendo el efecto dominó, subida de impuestos comunitarios y locales. Una presión fiscal inaguantable para cualquier ciudadano, no habría más que ver la comparativa entre ingresos y retenciones de unos y otros.

No es de recibo que el déficit público, el gasto desmesurado, lo tengan que pagar los de siempre. Nos tendrían que explicar si el esfuerzo fiscal, proporcionalmente, es el mismo de un mileurista con el de esos políticos que cobran dos y tres sueldos, más dietas, desplazamientos...y alguna mariscada que otra, por no decir otras cosas más.

Si había que subir los impuestos, súbanse, pero empezando por atajar el gasto y por los que pueden y tienen el dinero, porque los demás, el margen que les queda es la supervivencia. Veamos la injusticia en la aplicación de las subidas de impuestos, cada uno campa por sus respetos. Por ejemplo: el IBI. Cuyos valores catastrales en algunos pueblos superan el valor real, van aplicar un 10%, en otros el 7%. El agua y basura el 7% y hasta un 9%.

Po aquello de seguir subiendo, la aplicación del impuesto sobre la gasolina en unas Comunidades Autónomas es más caro en unas que otras. Y así, nos convertimos en ciudadanos de segunda o de tercera según en el territorio que vivamos.

Nos podríamos preguntar: Cuánto debe cualquier Ayuntamiento. Qué plan de pagos e ingresos hay previstos. A cuanto ascienden los gastos corrientes inmediatos. De qué capítulos de gastos se van a recortar. Cuanto sueldo van a cobrar los políticos y asesores de la Comunidad. Y por favor no nos digan, ya lo han hecho, que si no hay déficit se bajarán los sueldos. Sí señores, esto es transparencia, equilibro y eficacia.

Señor Rajoy, a empezado usted, la casa por el tejado, o lo que es lo mismo, ¿ Quién controla al controlador ?