martes, 23 de marzo de 2010

SEMANA SANTA Y POLÍTICA

En Orihuela los acontecimientos se suceden sin solución de continuidad, y lo único seguro es que todos los años en vísperas de Semana Santa los mentideros de la ciudad se llenan de noticias y comentarios que, poco o nada, tienen que ver con la celebración de nuestra Semana Mayor.

Cuando en estos momentos el Canto de la Pasión invade la noche oriolana por sus barrios, calles y plazas , éstos, son testigos de ese incomparable canto que tendrá su colofón en la noche del Jueves Santo. Cuando a estas alturas de la Cuaresma a nuestras Cofradías, Hermandades y Mayordomías, les llega el momento cumbre de ofrecer el resultado del esfuerzo y sacrificio de todo un año.

Cuando las torres de las Iglesias de Santas Justa y Rufina, Santiago Apóstol y de la Catedral, parece que agudizan la esbeltez de su figura, para presidir la ciudad, más airosa que nunca, el valor de unos sentimientos y una señas de identidad que, a Orihuela, le viene desde sus ancestros.

Cuando los grupos de cornetas y tambores terminan sus ensayos, en los aledaños de la calle Meca, junto a la Cruz del Río, la Centuria Romana, entrañables " Armaos ", en la Glorieta de Gabriel Miró y las costaleras del Cristo de la Agonía, noche tras noche, en la plaz de San Francisco, esperan con ansiedad la tarde del Miércoles Santo.

Cuando el Caballero Cubierto vela sus armas para el gran día y cuando el Nazareno de la Semana Santa oriolana y el Abanderado de la Junta Mayor ya han recibido su merecido homenaje, cuando los tralados de vírgenes y cristos están a punto de finalizar se cumple parte del rito de la inminente llegada de la Semana Santa.

Cuando los Medios de Comunicación están dando los últimos toques para los días grandes, unos con la retransmisión televisiva y radiofónica y otros para divulgar a los cuatro vientos la grandeza de la Semana Santa de Orihuela.

Y cuando todos deberíamos estar pendientes de preparar nuestra ciudad, más necesitada que nunca, para recibir a esos miles de visitantes que, año tras año, nos guardan fidelidad, que llegan a Orihuela dispuestos a presenciar sus extraordinarias procesiones.

Entonces..........., la Orihuela plural invade el patio solar con movimientos reivindicativos, discrepancias políticas, quejas ciudadanas y, por si faltaba algo, las continuas críticas sobre el Centenario de Miguel Hernández. Acontecimientos que, lamentablemente para todos, contribuyen a que nuestros sueños mágicos sobre la Semana Santa y, por supuesto, sobre Orihuela, desaparezcan como humo que escapa hacia el cielo.

No cabe duda, que en estos momentos de crisis salen a relucir las carencias de las ciudades, Orihuela no iba a ser menos, Pero en Orihuela, en este caso con la Semana Santa, deberíamos hacer un alto en el camino y aprovechar los recursos, que son muchos.

Es cierto todo ello, es la vida misma. Pero, también, aunque sea tan sólo por unos días, pongamos el carro detrás del caballo, hagamos un alto en el camino y dediquémonos a vivir en paz y armonía nuestra Semana Santa: la Semana Santa de Orihuela.

jueves, 4 de marzo de 2010

LA CRUZ DE LA MUELA Y EL PRÍNCIPE DE LA PASA

La verdad es que el asunto de la Cruz de la Muela cada vez va tomando más cuerpo y están corriendo ríos de tinta, a pesar de que esto acaba de empezar. Yo no sé si este jaleo ciudadano se debe a una táctica para distraer al personal, por aquello de la crisis, o es que cierto individuo, posiblemente en paro y necesitado de notoriedad, se le ha ocurrido armar la marimorena queriendo que se quite nuestra emblemática Cruz de la Muela. O, tal vez, porque tiene algún defecto físico que le impide mirar a las alturas. ¡ Menudo cachondeo !.

Sin entrar en datos históricos y en lo que representa La Cruz de la Muela para la cristiandad, ya lo están haciendo otros, a muy pocos oriolanos, creyentes o no, políticos o no, se les escapa que la Cruz de la Muela no es sólo un ensamblaje de hierros, es algo más: es un símbolo que representa los valores de muchas generaciones de oriolanos y la expresión sensible de un sentimiento de señas de identidad.

Forma parte de nuestra vida, cuando cada mañana muchos oriolanos alzamos la vista al verla, sentimos satisfacción plena. Muchos recordamos nuestra infancia en una ciudad pacífica, que desde hace tiempo presume de creer en la democracia y no reniega de su historia.

¿ En qué Orihuela vivimos ?. Orihuela, hoy, es una ciudad hecha así misma y llena de gentes de mentes abiertas, libres y democráticas. Entiendo que al citado individuo, y otros que piensan como él, les moleste la presencia de la Cruz de la Muela y quieran que desaparezca para siempre. Si tuviéramos más espacio se podrían decir tantas cosas por las que hay que estar molestos.

Orihuela, está hoy en carne viva con múltiples y variados problemas que reclaman a voz en grito soluciones. Una crisis brutal con gravísimas consecuencias socio-económicas que están afectando a gran parte de la ciudadanía y este " Prínicipe de la Pasa " viene con su aparente poder ( poder con jota ) a fastidiar, sobre todo, a esos ciudadanos que ya no tienen donde caerse muertos, en el umbral de la pobreza, tocándoles, como diría el escritor Pérez Reverte, los cojones, poniéndolos a pensar en la Cruz de la Muela.

Recuerdo que en tiempos de Carlos IV, se decía que este Rey siempre estaba en el alero viéndolas venir y harto de las insidias de algunos personajes se refirió al Príncipe de la Pasa y que transcribo parafraseándolo:

" Se fué de Orihuela
y medró ¡ Quién lo dijera !
en las alforjas llevaría
ambición e hipocresía
y además por su rencor y ambición
a Orihuela traicionó ".

Así pues, confiemos en la justicia, que esperamos sea justa, porque los derechos fundamentales son para todos.

¡ Caramba con el Príncipe de la Pasa !.