sábado, 3 de julio de 2010

RESENTIMIENTOS POLÍTICOS

Cuando la mayoría de la sociedad oriolana se coloca al margen de los acontecimientos políticos que, día a día, se vienen sucediendo, alegando desconocimiento o falta de interés, el resultado se enmarca en un panorama, a veces, de exagerado desasosiego o pecando de insensibilidad y escepticismo.

Enumear todo lo que ocurre en Orihuela sería imposible pero, algunas cosa habría que destacar:
las continuas desavenencias en el seno de la Corporación Municipal, gobierno y oposición, una relación imposible, por asuntos del legado y centenario de Miguel Hernández, memoria histórica, presupuestos municipales, la Cruz de la Muela, la recuperación del Castillo en la Sierra de San Miguel, la Universidad y sus titulaciones y así..... un sinfín de cosas.

Y por otro lado, cosas mundanas, propias, que también forman parte de la vida del municipio oriolano. Unas con buenas intenciones y otras no tanto. No sé si ustedes se habrán dado cuenta que quién o quiénes promueven estos comportamientos, además de fomentar enfrentamientos, entran en situaciones absurdas. Si buscáramos la genealogía de ellos, quedaría claro que en unos existe un fondo de competitividad, pero en otros, un gran fondo de resentimiento, sino verán:

En una ciudad pequeña como Orihuela, habría que preguntarse porqué cuando se pone en marcha una idea o una iniciativa, inmediatamente, le sale el par. Por ejemplo, dos Asociaciones de Comerciantes, dos Grupos de La Pasión, en un tiempo, dos Bandas de Música, dos Peñas Taurinas, dos Asociaciones de Taxis.

Y ahora, al parecer, recientemente, me falta confirmarlo, dos Comparsas de Moros Beduinos, así como otra posible Junta Central de Moros y Cristianos y la propuesta de crear otra, para que sean dos Fundaciones Miguel Hernández y, como extraordinaria novedad, este año, dos Sindico/as.

No es que es que el asociacionismo no pueda ser plural y diverso, pero no podremos negar la carga de resentimiento y revanchismo en algunos casos. Con el falso orgullo, en ocasiones, podemos hallar la mala conciencia cuando se intenta pervertir lo que sería noable en la normalidad, pero no, cuando se intenta justificar lo injustificable.

Me gustaría pensar en cosas positivas, decir que la vida ciudadana en Orihuela, es un portento de satisfacciones, ya sé que es una utopía, que la vida en sí, es lo mejor. Pero, aún considerando que siempre hay cosas peores, cuando salgo a la calle o me doy una vuelta a los puentes o a cualquier barrio y hablo con la gente, se me cae el cielo encima. Que gran diferencia de lo que dice la gente a lo que dicen los políticos.

Pienso en los parados, en la pobreza vergonzante de algunos, en los ancianos desasistidos y desvalidos, que en Orihuela hay mucho lamentablemente, o escucho a todos los políticos, sin excepción, hablando demagogias, y soltando mentiras por doquier, le gente se lo cree, yo también. Y mientras tanto, discutiendo inutilidades y creando cosas por duplicado que, con una o ninguna sobraba.

Es tanto el desencanto y la decepción ciudadana, que hasta que no cambien los sistemas socio-económicos y políticos, los único bienes tangibles que tenemos las personas, son los que acumulamos en nuestro cerebro y en nuestro corazón. Algo que nada ni nadie, a pesar de tanto " come-cocos ", nos pueden quitar. Cuando ellos faltan, ningún tesoro los puede sustituir.

Maquiavelo era un experto en el análisis del alma de los hombres de su tiempo, hombres que por el afán de poder, entrecruzaban crueldad, denuncias, verdad y mentira, osadía y prudencia, tacañería y desprendimiento. " Una sociedad se convierte en pueblo cuando existe un respeto de los hombres hacia los hombres ".

Que a nadie se le olvide que el vínculo político de una sociedad, son el conjunto de derechos y deberes, aunque en Orihuela, con razón o sin ella, muchas veces por resentimiento, hagamos las cosas a pares.

No hay comentarios: