Explicar el constante empobrecimiento de España nos llevaría a un estudio minucioso de las múltiples causas que lo están produciendo y, eso, sería discutido por los que siguen siendo ricos y les importa un comino que cada vez seamos más pobres. No, no voy a entrar en disquisiciones políticas, que de todo hay en la viña del Señor, lo que sí me preocupa es el aumento de pobreza que se está dando en Orihuela.
Distraídos como estamos con el divertimento que los Medios de Comunicación nos sirven cada día por la judicialización de la política municipal, el paro, el cierre de comercios y tantas otras cosas más, no hemos percibido la triste situación de muchas familias oriolanas. Ya sé que comentar estas cosas no son muy agradables que digamos, pero me sumo a los que, de un modo u otro, nos decidimos a denunciarlo.
Creo que a pocos se les escapa la importante labor social que el voluntariado oriolano viene desarrollando en nuestra ciudad, con una extraordinaria entrega y no pocos esfuerzos por la defensa de la solidaridad, la justica social y el respeto a la dignidad de la personas y a los derechos humanos.
Orihuela, puede dar testimonio de las organizaciones, asociaciones y grupos dedicados a esta labor como Cáritas, Manos Unidas, Acoge Vega Baja, Alzheimer, Unicef, Cruz Roja, Asociación Contra el Cáncer y tantos otros, sin olvidar a ese otro voluntariado compuesto por personas con mentalidad de servicio y amor al prójimo.
En estos momentos, no podemos mirar hacia otro lado ante una situación insostenible por una crisis brutal que está llevando a muchas familias a la más irremediable pobreza, incluso pobreza vergonzante, que no se ve, pero está ahí.
Llegando para vergüenza de todos, hasta escarbar en los contendores de basura, para encontrar algún alimento que llevarse a la boca. No quiero pensar qué se les espera en esta próxima Navidad a esos pobres de solemnidad, niños y ancianos, y como esa gran cantidad de emigrants que vemos pasear a diario por nuestras calles.
Me comentaban algunos responsables de algunos voluntariados las grandes dificultades que están atravesando las empresas, los comercios y particulares que seguro les iban a impedir dar los donativos o ayudas de otras ocasiones.
Por lo expuesto, no es mi intención aleccionar a nadie sobre la conducta social que cada uno podamos adoptar, pero sí, decir que Orihuela siempre ha sido solidaria y ha hecho lo posible que
en situaciones como la actual, a nadie le faltara un plato de comida y una manta para abrigarse.
Aunque tan solo sea por la dignidad humana tratemos de ayudar a esos pobres de solemnidad.
viernes, 3 de diciembre de 2010
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