miércoles, 21 de septiembre de 2011

ORIHUELA IMPENETRABLE

Había una vez una ciudad pequeña, barroca y fronteriza, testigo de muchas encrucijadas, donde existió un río llamado Segura. Una fortaleza morisca dominaba el panorama y a sus pies crecía un poblado casi tan antiguo como la misma humanidad.

Fenicios, cartaginenes, romanos, musulmanes, entre otros, ocuparon lugares del territorio. La influencia de todos ellos persistió, convirtiéndose a través del tiempo en Gobernación, sede Episcopal, con el pomposo título de Noble, Leal y Siempre Fiel y, el reciente, de Gran Ciudad.

El notable peso de la Iglesia católica se hacía sentir en la sociedad, impenetrable a cualquier idea renovadora. Y también en la arquitectura, en la que sobresalían palacios, palacetes y casonas burguesas.

Orihuela era una ciudad tranquila y provinciana que pasaba sus días a ritmo de siesta, pero el destino quiso que su nombre trascendiera las fronteras de la nación. Porque aquí iba a nacer Miguel Hernández, fue el 30 de Octubre de 1910, en una habitación modesta y pequeña que ocupaba la planta baja de la casa de la calle de San Juan.

Para los habitantes oriolanos pasaría inadvertido, incluso, diría, hasta después de su muerte, pero en los años posteriores resultaría fundamental la imagen que dio sobre su persona, sobre su obra y sobre la ciudad que le vió nacer: Orihuela.

Todo ello viene a cuento porque, pasado el tiempo, todavía sigue en nuestra mente, la decepción y el mal sabor de boca que nos ha quedado a muchos oriolanos por la poca trascendencia y la poca respuesta de su Centenario. Es verdad que mucha gente se esforzó por su éxito, pero enumerar la falta de interés, apoyo y, sobre todo, estar convencidos que Miguel y Orihuela estarían por encima de todo, nos llevaría a otro comentario.

Hoy, nos gustaría decir que Miguel Hernández habría cambiado el desarrollo de Orihuela. Que las horas que separan cualquier lugar hasta Orihuela serían devoradas diariamente por turistas de todo el mundo. La casa donde vivió, transformada en museo, lo mismo que su Fundación y las decenas de oriolanos que trabajaron en el proyecto del Centenario, todos se quedaron en el camino y, por favor, no me pregunten porqué.

Pese a todo, los oriolanos intentan mantener su andar tranquilo y apacible. Pero se les hace cada vez más difícil. Como una cruel paradoja, Miguel Hernández, que tanto odió la incomprensión y el conservadurismo de la gente de su tierra, acabó por hacer grande a Orihuela.

Menos mal, que algunos apasionados seguidores de Miguel Hernández siguen buscando retazos de su inmortal obra, a través de las estrechas callejuelas que llegan al conocimiento de este gran poeta.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

CURSO ESCOLAR EN ORIHUELA

La apertura del nuevo curso escolar 2011/2012 donde más de once mil niños y docentes inician las clases con la esperanza de que la cuestión educativa experimente una sensible mejoría en beneficio del futuro del municipio oriolano.

Para que estos deseos lleguen a ser una realidad, los responsables políticos y educativos deberían ser conscientes de las muchas carencias que se tienen. Los maestros y profesores asisten cada año a un galimatías de leyes y presupuestos que no se corresponden con la realidad de la escuela y, mucho menos, con las exigencias sociales.

Los ciudadanos, padres y responsables de los escolares, creen que ha llegado el momento de actuar para solucionar los problemas que cualquier persona observa cuando se acerca a un centro educativo. Falta de plazas escolares, enseñanza en barracones, limitación presupuestaria y tantas otras cosas que dificultan la mejora del sistema educacional, donde no se fomenta la autoridad de los maestros ni el esfuerzo de los alumnos.

Otra cuestión a reflexionar, viene derivada de la falta de interés de los políticos para adecuar el sistema educativo con la problemática actual. Dedicados a falsos diálogos sin voluntad de llegar a a acuerdos definitivos, montados únicamente con el propósito de disimular ante los ciudadanos.

En Orihuela, todos los años lo mismo. Problemas que nunca se resuelven y, si lo hacen, tarde y mal. Este inicio de curso, con el problema añadido de 21 plazas de profesores sin asignar en varios colegios de la ciudad y pedanías. Y si faltaba algo, más de medio centenar de niños de infantil se han quedado sin clase por la baja de cinco profesores, concretamente, en el Colegio de El Palmeral.

Un problema que cada año se grava más. Este año, una vez más, cerca de mil niños del municipio de Orihuela tendrán sus clases en barracones. Esta situación viene mal a la escuela, a los profesores y, por supuesto, a los niños. En definitiva, a la enseñanza. El caso es que nadie se atreve a a cometer todas estas cuestiones para conseguir una enseñanza mejor.

En una sociedad como la nuestra, donde la responsabilidad de los políticos, el manejo de los dineros y la falta de interés es manifiesta, ya es hora de que a la enseñanza se le preste la debida atención, dotando a los centros educativos y al profesorado los medios adecuados para preparar la incorporación de escolares y estudiantes a la sociedad del conocimiento, de la ética y de la moral.

Un reto educacional que Orihuela necesita con urgencia.

martes, 6 de septiembre de 2011

LOS SEÑORES DEL DINERO Y LA CAM.

Cierto es que la corrupción no es un síntoma nuevo, existe desde que el mundo es mundo, pero no es menos cierto, que la corrupción ha avanzado durante estos últimos tiempos a pasos agigantados, invadiendo todo lo que se mueve en la sociedad global.

Todos nos indignamos frente a los altos niveles de corrupción política y empresarial, pero también existen aquellos que tratan de obtener ventajas ilegales, los sistemas evasores y defraudadores al fisco, los empresarios que corrompen a los políticos y viceversa, y aquellos cargos con responsabilidades financieras que distorsionan la ética y la moral, que viven entre lujos suntuosos sin explicarse el origen de tanta riqueza. O sea, los señores del dinero.

La gran aliada de estos manejos, sin duda, es la impunidad. En opinión de diversos autores, la corrupción política y empresarial, dice fundamentalmente, más de la inmoralidad de algunos políticos y empresarios que del uso del poder.

Viene todo esto a cuento, por los importantes y nefastos acontecimientos que están ocurriendo en la CAM. Ya han corrido ríos de tinta. Y ésto, acaba de empezar. Los que nos sentimos una parte de ella, a partir de nuestra entrañable Caja de Monserrate, primero y la CAM, después, y como en mi caso, con más de cuarenta años de servicio, no podemos más que mostrar nuestro desasosiego e indignación.

No voy a entrar en particularidades, podría escribir un libro, y mucho menos, en un proceso de intervención por parte del Banco de España. Pero sí habría que decir, si los que han permitido este desastre descomunal en una Caja de Ahorros como la CAM, estaban obligados a cumplir con sus deberes morales, que para eso fueron designados en esa responsabilidad.

Hoy, en estos momentos, la memoria de aquellas Cajas de Ahorros como la del Sureste, la de Monserrate, la de Alcoy, la de Novelda, la de Crevillente, e includo, la de Alhama de Murcia y los cientos de miles de clientes, exigen que el esclarecimientos de esa ruina económica y social, sea no sólamente legal, sino también moral. Resulta inadmisible que una Caja de Ahorros como la CAM, vaya a desaprecer por culpa de unos desaprensivos sin ética y sin moral.

Permítaseme, al menos, decir que aquella Caja de Monserrate que nacía el 12 de Mayo de 1906, con un capital de cuatro mil pesetas, aportada por oriolanos, llegó, posteriormente, a sentirse orgullosa de formar parte de una Caja, robusta, solvente y prestigiosa, como la CAM.

Cuando recuerdo, entre otras cosas, el impagable esfuerzo de aquellos emigrantes, con maleta de madera atada con una cuerda, que tanto contribuyeron a la economía y al bienestar, ente caso, de una Comarca como la de la Vega Baja. Y ahora, a nadie se le cae la cara de vergüenza.

Asimismo, el compromiso y la entrega de tantos empleados a lo largo de toda su trayectoria profesional y personal, incluso, amigos y familiares, que llegó a conformar un extraordinario capital humano consiguiendo llegar a todo el entrejido económico y social dentro de su territorio, Y a mayor abundamiento, aquellos fieles y honestos consejeros que su " salario " era el café que se les " pagaba " cuando acudían a alguna sesión.

Ya sé, que son otros tiempos, pero la honestidad, la ética y la moral debería haber sido la misma.

Me temo, que todo quedará en " aguas de borrajas ·, gracias los señores del dinero.