domingo, 15 de junio de 2008

LA BASURA QUE VIENE

Pensaba yo, que después de tanto tiempo soportando el increíble escándalo político-económico del Ayuntamiento de Orihuela, en esta nueva legislatura municipal se acabaría el estruendo y los bombazos mediáticos de estos días, la betería de acusaciones de todos contra todos, políticos y no políticos, por el asunto del suculento contrato de las basuras.

A nadie se le escapa el malestar existente entre la ciudadanía y la vuelta, de nuevo, al deterioro de la buena imagen de nuestra ciudad por este nuevo circo de contradicciones y, sobre todo, por la precariedad de los servicios de limpieza en el municipio oriolano. Estamos de acuerdo con la aseveración de la alcaldesa Mónica Lorente de que Orihuela debe ser la ciudad más limpia, pero resulta innegable que el debate político sigue siendo disparatado dando la peor de las sensaciones que sólo sirven para encrespar al personal. Tanto el equipo de gobierno como la oposición deberían hacer una pequeña parada y reflexionar sobre sus posturas. La ciudadanía está harta de tanto titular en los medios de comunicación. ¿ Otra legislatura " salvaje " ?. ¡ No, por favor !.

La democracia es el menos malo de todos los regímenes políticos, de momento no tenemos otro, pero en el caso que nos ocupa y batallitas aparte, la ley de contrataciones, el régimen jurídico y el procedimiento administrativo ha de ser determinante en un estado de derecho y dejarse de demagogias, verdades a medias, información sesgada y un acalaromiento impropio de una Corporación seria y responsable, en la que todos, si todos, se pongan al servicio de lo que sería mejor para Orihuela.

No es necesario recordar que las batallas políticas son capaces de conseguir los mayores placeres y, por supuesto, las mayores desilusiones. Como tampoco que la Constitución contempla que las Administraciones a través de sus distintas modalidades de actuación debe tener presente que el servicio a los ciudadanos es el principio básico que justifica la existencia y que debe presidir su entera actividad.

El servicio a los ciudadanos exige, además que la estructura, en este caso, el Ayuntamiento de Orihuela, se ajuste a la realidad y adecúe sus competencias y haga llegar el mejor servicio público de calidad. Este servicio a los ciudadanos del municipio oriolano y a sus intereses generales, debe estar caracterizado, como ha dispuesto la Constitución, por la objetividad. Es decir, la transparencia en la actividad administrativa debe ser, no sólo una garantía para los ciudadanos, sino un criterio de actuación general de todo el aparato público. Nuestros políticos no son más que gestores de intereses ajenos, los del cuerpo social, por lo que deben rendir cuentas de su gestión ante los ciudadanos.

Junto al principio de legalidad de la actividad administrativa, es conveniente subrayar que también vincula al Ayuntamiento oriolano el principio de eficacia. En efecto, el funcionamiento de la maquinaria administrativa municipal debe adecuarse a la gestión por objetivos de calidad y transparencia como forma ordinaria de prestación de servicios al ciudadano.

El modelo de estado social y el democrático de Derecho a que se refiere la Constitución española tiene una singular trascendencia sobre el sistema de Administración Pública en general y, por tanto, sobre los Ayuntamientos en particular. En primer lugar, porque el artículo 103 de nuestra Carta Magna consagra, no sólo el principio de legalidad de la actuación administrativa, sino también su carácter instrumental al servicio de los intereses de los ciudadanos.

Dicho esto, resulta evidente que la acción de gobierno cada día es más evaluada en función de su calidad y transparencia, la mejora y el impacto de su gestión a través de sus políticas públicas. Ello supone que hay que gestionar el Ayuntamiento y administrarlo, introduciendo nuevos mecanismos de financiación, además de innovar, flexibilizar, apostar por una nueva cultura de los servicios con la mayor eficiencia y mayor control y evaluación. En definitiva, hacer las cosas mejor a un menor coste social e individual.

Si en estos momentos, seguimos enfrascados en la disputa, en la controversia y en la guerra mediática y no somos capaces de erradicar esos pueblerinos personalismos, estaremos renunciando a lo que debe ser una Corporación moderna y actualizada. La valentía, la innovación y la estrategia, además de los principios que deben regir la gestión pública serán siempre buenos indicadores para la evaluación de la acción de gobierno desde el impacto de las políticas públicas del Ayuntamiento oriolano.

Hasta cuando seguiremos con la basura que viene.....

No hay comentarios: