jueves, 28 de febrero de 2008

CUARESMA ORIOLANA

Hay un tiempo que no marcan el reloj ni el calendario, porque sólo avanza del péndulo de nuestro corazón. Y en este tiempo de cuaresma, junto al redoble de sentimiento sobre la piel de tambores, la inmediate Semana Santa vuelve a traernos esa luz de incienso de una ciudad milenaria como Orihuela, que se mece a los compases de una próxima primavera.

Orihuela, recoge en sus esencias, su tradición, su patrimonio y su fervor religioso. En estos días previo a los aconteceres pasionarios se ven los ensayos de clarines, trompetas y tambores. En el entorno de la calle Meca, se rompe el silencio de la noche oriolana con el inconfundible sonido de " Las Gemelas " y el de la bocina " Sorda ", ensalzando la torre de la Iglesia de Santas Justa y Rufina y la de la Real e Insigne Iglesia de Santiago Apóstol. Oyéndose a lo lejos los sones del " Turuta " de los " Armaos ".

Carteles pasionales en los escaparates, colgaduras en ventanas y balcones y el campanil de incienso de cualquier triduo o quinario que se mezcla con el olor a azahar recién amanecido en los naranjos de nuestra huerta.

Ya se ha acudido a la cita anual del " Besapié " a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Hombre mujeres y niños, por miles, ya han manifestado su amor al Santo Patrón. La Junta Mayor, así como sus Cofradías, Hermandades y Mayordomías irán celebrando su fiesta anual. Misas, conferencias, exposiciones, traslados de Vírgenes y Cristos, peinas y " mantillas al viento " que diría nuestra inolvidable Conchita Martínez Marín.

El tópico y los ritos se llevan la mano en una cita donde siempre es lo mismo y nunca nada es igual. Pregón de Semana Santa donde el pueblo, un pueblo elegante y sencillo anuncia la conmemoración de los días pasionales a su estilo, uniendo lo divino con lo humano.

Por otra parte, decir que en otros tiempos la cuaresma llegaba a implicar cosas tan mundanas como la cocina, ayunos y abstinencias que obligaban a ciertas normas gastronómicas. Era costumbre muy antigua, antes de entrar la cuaresma, preparar en las casas el tradicional cocido con pelotas y la sopa cubierta. Hoy, en muchos hogares, razones generacionales, añoran esta comida que va entrando, poco a poco, en el recuerdo. La abstinencia en tiempos remotos era muy rigurosa. No se podía comer carne, grasas animales, huevos ni lácteos.

De ahí, que en es tiempo se juntaban tantos huevos que al llegar Domingo de Resurrección, se obsequiaban con ellos y se ponían en las " monas ". La cuaresma era el tiempo de las verduras y el pescado. Grandes fuentes de ensalada, muchas bleas, habas tiernas y hervidas y rábanos. Potajes de garbanzos, lentejas y habichuelas y el famoso plato de los " tres puñaos. Arroz y verduras con ajos tiernos, coliflor, habas y alcachogfas, arroz al horno con garbanzos. bacalo y patata o el trigo " picao ".

Mucho pescado, sardinas, boquerones, bogas, soreles y buen bacalao frito con tomate y tantos otros platos típicos, sin olvidar, naturalmente, la exquisita repostería cuaresmal. Torrijas, arroz con leche, almojábanas, chatos, zamarras, monas y los riquísimos pasteles de gloria. Así como las ricas pellas unidas a las yemas, acaramelados y caramelos de guirlache, artesanía pura. Guarda tantos secretos esta Orihuela nuestra, además del de su propia existencia, que merecería que pensáramos más en ella.

Hoy, en este comentario se quedan tantas cosas sobre la mesa, múltiples y extraordinarios acontecimientos que sería imposble de detallar. En este compas de espera de los días pasionarios una ilusión nos llama: que nuestra Semana Santa sea declarada de Interés Turístico Interncional, en justo reconocimiento su impresionante patrimonio artístico y religioso, cultural y social que nos viene de siglos.

Ya va llegando el momento de la comparecencia ante el tribunal de la calle por los calvarios de nuestras plazas. Cirios, cruces, música, arte, fervor y religiosidad popular revalidan nuestra condición de auténticos hombres y mujeres que cuidan y protegen las raíces más profundas de sus creencias y tradiciones.

Busquemos la amistad y buena convivencia en esta Cuaresma oriolana.