martes, 8 de julio de 2008

CHUPINAZO FESTERO

La celebración de la festividad de San Fermín, en el día de ayer, me ha sugerido el titular de este comentario, con motivo de encontrarnos en la antesala de las Fiestas de La Reconquista y de Moros y Cristianos. Fiestas que además de representar una de las efemérides más importante de Orihuela, supone un gran acontecimiento histórico y cultural, puramente festivo, en el que cada año se sumergen los oriolanos y los miles de visitantes que llegan a nuestra ciudad.

Orihuela con su " Día del Pájaro " y sus entradas Mora y Cristiana se convertirá en un escenario donde se sucederán desfiles, pasacalles, música, pólvora y representaciones que darán contenido durante los próximos días del 13 al 19 de Julio actual, a una inigualable programación llena de belleza, luz y color. Una secreta llamada que es convocatoria universal de unos sentimientos enraizados en lo más profundo de la historia oriolana.

El Oriol y La Armengola, santo y seña de la tradición, acompañados de la representación festiva de los Embajadores Moro y Cristiano, contribuyen, haciendo parada durante unos días, a esta estresante y desenfrenada forma de vivir que nos invade. Orihuela, exalta los sentidos y las emociones para entregarse a una placentera convivencia donde afloran la amistad, la solidaridad, e incluso, lazos de confraternización.

Muchas familias que no viven en Orihuela, vuelven a identificarse con sus propias raices ciudadanas y, estén donde estén, responden a la llamada anual del acontecer de los suyos. A los que por unas razones y otras no pueden venir aprovecho estas letras, al menos para los que me leen, que Orihuela los tiene en su pensamiento. Hilarión Lillo en Buenos Aires, Daniel, Monserrate y Mariano en Barcelona, Manolo y María Dolores en París, Cuca en Londres y tantos otros.

Celebrar una fiesta, prepararla y vivirla es abrir una paréntesis, colocar un punto y aparte en lo cotidiano. Dejar los problemas para otra ocasión, entrar en una catarsis vivificadora, emerger del anonimato y gozar compartiendo momentos extraordinarios, ya que, como acertadamente, señala el refranero: " Son más días que alegrías ". Bastante tiene cada jormada con las angustias, los afanes y las preocupaciones que nos traen.

En Orihuela, en Moros y Cristianos, explosiona la Fiesta. El panorama festivo de esta tierra nuestra es verdaderamente dinámico, amplio y variado. Y en este contexto de peculiaridades históricas y festivas, las Comparsas adquieren gozosamente el compromiso y la responsabilidad de dar cumplimiento a la difusión de unas señas de identidad que nos viene de siglos, bajo la leyenda de una heroína denominada La Armengola. Exaltación de unos valores que en Orihuela adquieren excepcionales perfiles de profundo sentimiento oriolano.

Alguien dijo que las fiestas de la Reconquista y de Moros y Cristianos eran: " la maravilla de la luz y del color de nuestra tierra mediterránea ". Efectivamente, nunca nuestra ciudad, como en estos días, ese sabor puro mediterráneo se esparce en el ambiente oriolano como una exquisita fragancia.

Con este chupinazo festero, les deseo unas felices fiestas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Antonio. Lo que tenemos de tradición lo sepultamos para dar cabida a unas cuantas cosas externas. En tu artículo del día 4 tratas de las tres culturas siempre deslazadas por intereses no siempre justificados. Sabiendo que la coexistencia de cristianos judíos y moros no fué siempre violenta en estas tierras del valle del Segura se podría incluir en la fiesta algo más de raóces históricas que los responsables de fomentar la cultura deberían de tener en sus Agendas. Saludos.
Jesús