lunes, 10 de noviembre de 2008

TRACA HERNANDIANA

Con no poca sorpresa y el mayor estupor me entero de que una colección de libros, fotografías, escritos y material sobre la obra de Miguel Hernández, van a ser subastados el próximo día 20 de Noviembre, en Madrid. Fecha luctuosa para franquistas y falangistas, y ahora, para hernandianos.

Un pueblo no se define sólo por su presente, ni por sus aspiraciones futuras, sino también, quiérase o no, por su pasado. La herencia recibida nos marca en relación a los que nos precedieron. Pero, asimismo, esa herencia se hace patente, exigente y necesaria. En estos momentos, más que nunca, cuando todos velamos por el Centenario de nuestro inmortal poeta tratando de acumular su patrimonio y no dispersándolo.

Hace ya tiempo que creía que la etapa de la dispersión patrimonial de Orihuela estaba superada, léase, libro del Repartimiento, la obra de Federido Rogel, alguna figura de Salzillo, Pedro Terol, felizmente entre nosotros y otras cosas más. Porque crece la convicción de que la memoria de generaciones pasadas, es un legado que hay que conservar y transmitir en las mejores condiciones. Orihuela es una gran potencia histórica y cultural , y la obra y el legado de Miguel Hernández hace que su historia se engrandezca mucho más.

Ciertamente, este hecho, además de producirme preocupación, porque en estos momentos no se sabe adónde irá a parar el material que se pretende vender, me surgen muchas dudas. ¿ El vendedor o vendedores tienen conciencia de que ese legado jamás pueda llegar a Orihuela ?. Como tampoco entiendo que la Fundación con su extraordinario trabajo de recopilación y divulgación, no haya salido al paso de semejante despropósito. Al menos, si sus fondos no le permiten adquirir el citado material, mostrar su disconformidad, porque este hecho es contrario a todas luces a su cometido.

Me costaría trabajo creer que el vendedor o vendedores, antes de acudir a una subasta foránea con el peligro que conlleva el que el legado vaya a otro sitio, no le hubieran ofrecido la compra al Ayuntamiento o a la Fundación, como también me costaría creer que de haberlo hecho, hubieran rechazado la oferta. El interés casa mal con la elegancia y con el agradecimeinto. Algunos tendrían mucho que agradecer.

Lo cierto es que, de vez en cuando, asistimos a determinados acontencimientos con una pasividad asombrosa, sin tener en cuenta la posible desaparición de legados que forman parte de nuestras señas de identidad. ¿ No estaremos en trance de que el patrimonio oriolano siga huyendo ?. Y cuando la potencialidad del patrimonio se resquebraja, se olvida, se desconoce o se tergiversa y, por lo tanto, se cuestiona, volviendo la mirada hacia otro lado, sería preciso remontar historia que nos ayudará a descifrar como hemos llegado a lo que somos.

No llego a entender el silencio sepulcral de tantos hernandianos, de los que siempre han enarbolado la bandera hernandiana, e incluso, de los que de alguna manera hacen política a expensas del pensamiento hernandiano. En qué lugar queda el oriolanismo, las señas de identidad y el propio sentimiento, y en qué lugar queda la integridad del legado hernandiano.
Estas y otras cuestiones merecerían una respuesta.

Creía que se trataría de conservar el legado en su lugar de origen, por la defensa del patrimonio local. Hay algunas cosas que aún cambiando de dueño nunca deberían cambiar de lugar. Posiblemente, este sería el momento de reconsiderar decisiones y llegar a acuerdos puntuales.

Mal, muy mal, no estoy de acuerdo con que ese material del legado de Miguel Hernández no pudiera estar en Orihuela. Una vez más, la historia es irreversible.

Ahí están los hechos, con esta nueva traca hernandiana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace tiempo que sigo los escritos de Antonio Pérez y he llegado a una conclusión: no voy a leer ni uno más. Me aburren. Este señor da la impresión de que sólo busca lucirse con su prosa rebuscada; da muchos rodeos y hace citas de autores muy importantes para que se note la cultura que tiene. Además, hace mucha demagogia de todo.
No dudo de su amor por Orihuela, pero me da la sensación de que se tiene él mucho más amor a sí mismo.