lunes, 15 de diciembre de 2008

HOY JURAMENTO, MAÑANA TRAICIÓN

Los últimos momentos del escrutinio de la votación para elegir Presidente Provincial del Partido Popular, celebrado ayer en el Teatro Circo de Orihuela, fue de infarto. Para algunos, la emoción y el temor metidos en el cuerpo, lágrimas incluídas, y para otros, el tremendo disgusto de no conseguir una victoria, presumiblemente cantada, por esa pírrica diferencia de cinco votos. Hay que ver lo que debe fastidiar perder una presidencia por cinco votos.

Digo tremendo disgusto porque el movimiento entre tramoyas y bambalinas en pleno congreso, hacía concebir esperanzas de victoria a los partidarios de Camps, perdón, digo Pérez Fenoll, hasta el extremo de que se dijo: " si la votación llega a durar unas horas más, o sea hasta la tarde, esto se hubiera ganado ". Llevaba razón el candidato Ripoll, cuando manifestó que desde la dirección regional y nacional le habían dejado más solo que la una.

Ciertamente, no podía esperar otra cosa que la derrota, porque en ese circo político del Teatro oriolano la gente seguía "vendiéndose " a Roma. De ahí su gran y meritorio triunfo. Aunque siendo consecuentes con la realidad, Ripoll, estuvo a punto de perder la presidencia provincial por tanto traidor político. No cabe duda que la victoria de Ripoll, a pesar de tanto listo, es un aviso a navegantes. Derrotar al poder establecido, además de legitimar, tiene mucho valor político. Y, sobre todo, ha dejado al descubierto el tremendo error del presidente Camps, siendo juez y parte. Un líder, lidera, pacta y consensúa. Pero nunca confronta y provoca guerras.

Dicho esto, y sin entrar en otras disquisiciones que no me gustan, quiero hacer hincapié en la cantidad de traidores políticos que se dieron cita en el Teatro Circo a la hora de votar. Resulta increíble que más de cien compromisarios que bajo su palabra y su firma retiraran su voto a favor del candidato Ripoll.

Cuantas cosas se podrían decir respecto a este comportamiento. Sobre todo, si esa es su actitud política, no merecen la más mínima credibilidad. Aunque, por otra parte, no admito lo que, valientemente, me dijo una persona: " Me puedo volver atrás porque no soy río". De ahí, el título de este comentario: " hoy juramento, mañana traición ". Sacado de un acontecimiento político en el Congreso de un país latino-americano.

El profesor de Ciencia Política, Enrique Conejero, en una de sus magistrales exposiciones en la Facultad de Las Salesas, decía: Qué sería de la política sin la traición. Una falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener ante el compromiso adquirirdo. Los ejemplos de políticos encubiertos en el anonimato, tachados de traidores, han surgido a borbotones. Parece que no se pueda eliminar de la política la idea de traición.

Por tanto, ciñéndonos a lo acontecido ayer en el Teatro Circo de Orihuela, se puede hablar de traidores políticos y, mucho más, cuando después de la votación y triunfo de Ripoll, todos, o casi todos, habían votado a Ripoll. Vaya cínica expresión. Si no hubieran dado su firma no se les podría tachar de traidores políticos, porque ya sabemos que la palabra se la lleva el viento.

Desde Judas, sólo aquellos que han sentido el desgarro interior y pese a ello no les importa romper con sus propios principios, y desde motivaciones oscuras, merecen el nombre y el hondo destino dantesco de traidores políticos. Algunos analistas afirman que en política el asunto no es quien es el traidor y quienes no, sino que la traición es solo cuestión de fechas.

Por lo demás, felicitar a los ganadores y a los perdedores, porque tengo una profunda confianza en las personas, aunque egoístas o ignorantes, son también capaces de aprender de sus propios errores y adoptar comportamientos responsables con el cometido para el que fueron asignados, no haciendo aquello de: " Hoy juramento, mañana traición ".

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