jueves, 12 de marzo de 2009

QUÉ PASA CON EL PALACIO EPISCOPAL

Próxima la inminente Semana Santa, un referente importante para miles de visitantes que llegarán a Orihuela dispuestos a contemplar su extraordinario patrimonio histórico, artístico y cultural, nos llega, indignados y clamando por la reapertura del Palacio Episcopal. Un ambicioso proyecto que en su día, al cabo de mucho tiempo, contribuyó al gran esplendor de la exposición " La Luz de las Imágenes ". Sería prolijo entrar a describir tan magnífica joya arquitectónica.

Resulta inevitable retrotraerse a lo que siempre significó el Palacio Episcopal para el sentimiento de los oriolanos. Su abandono por intervenciones inapropiadas, deterioros irreversibles, riadas, incendios y vandalismos que tanto daño hicieron a su riqueza artística, hasta que, ¡ por fín !, la designación de Orihuela como sede de la citada exposición, hizo posible la recuperación de varios monumentos nacionales: La Catedral, Iglesia de Santiago Apóstol, Iglesia de Santas Justa y Rufina, Colegio de Santo Domingo y, naturalmente, el Palacio Episcopal.

La magnífica exposición propició que Orihuela y sus monumentos fueran visitados por miles de personas llegadas desde todos los lugares, tanto nacionales como extranjeros, siendo la sede del Palacio Episcopal la que mayor contenido de obras ofreció: imaginería, orfeberería, vestuario, pictórica, destacando la Custodia del Corpus y el cuadro de Velázquez, " La Tentación de Santo Tomás ", por nombrar algunas. Una exposición que muchos nunca olvidarán. Un referente que, lamentablemente, ha servido de poco, diría que de nada.

A estas alturas, el Palacio Episcopal sigue cerrado. No me cansaré de denunciar esta situación irregular y anómala. Por muchas razones de peso que puedan existir, no es de recibo mantener oculto tanto tiempo ese extraordinario patrimonio que muchos desearían tener. Patrimonio de una vieja historia gloriosa, reliquias de una época en la que la dignidad de las ciencias y las letras iban acompañadas del brillo de las artes o, en tantos casos, simples documentos menores que ilustran y humanizan las huellas del pasado.

A lo largo de varios siglos la suerte del Palacio Episcopal había constituído una fuente contínua de preocupaciones, abundantes restauraciones y remodelaciones realizadas sin control, fueron causa constante de muchos destrozos de retablos, pérdidas de imágenes o cuadros desechados. Hasta que " Semblantes de la Vida " abrió la puerta a tan magnífica obra para gozo y disfrute de los amantes de la cultura, estudiosos y ciudadanos en general.

Cómo es posible que después de tantos años de espera, con una inversión multimillonaria, con la esperanza que la exposisicón de " La Luz de las Imágenes " supondría un antes y un después para Orihuela, ahora, nuevamente, durante estos últimos cinco años las puertas del Palacio Episcopal incomprensiblemente sigan cerradas.

Qué pasó con el Convenio entre la Generalidad y el Obispado. Quién ha faltado al compromiso. Estas y otras preguntas deberían ser respondidas sin demorarse un día más. La realidad es que este asunto urge resolverlo sin excusas ni pretextos.

Mientras tanto voy a seguir ejerciendo de oriolano frente a nuestra insoportable apatía.

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