martes, 3 de marzo de 2009

LA RAZÓN EN EL SENTIDO COMÚN

Este es el título del libro que en el año 1905 escribía el filósofo madrileño, afincado en EE.UU., Jorge Santayana, en el que, entre otros, reflexionaba sobre aspectos como: " aquellos que no pueden recordar el pasado, están condenados a repetirlo ". Esto fue parte de algún comentario, respecto a Orihuela, que mantuvimos hace unos días con un pequeño grupo de abogados que visitaba nuestra ciudad.

Con esa manía que me persigue, desde siempre, de a la menor oportunidad de poder conseguir que personas visiten Orihuela y recrearme en la explicación de su grandioso patrimonio artístico y monumental así como gastronómico, recientemente una compañera universitaria, a la sazón magistrada-jueza, me pedía si estaría dispuesto a acompañarles a una visita por Orihuela, lo que acepté encantado.

Durante el recorrido turístico-cultural. Colegio de Santo Domingo, Casa-Museo Miguel Hernández, La Catedral, Iglesias de Santiago y de Santas Justa y Rufina, después de visitar la biblioteca del Seminario, alguien de la Universidad de Alicante la recomendó, y gracias a la amabilidad del Canónigo de La Catedral, José Manuel Tomás, pudieron contemplar su extraordinario archivo. Aún quedó tiempo para degustar un rico plato de " los tres puñaos" una ensalada de escarola, apio y alcachofas, unos trozos de bonito y habas tiernas, con un exquisito postre de naranjas, unos chatos y unas zamarras, que los comensales se chuparon los dedos. Todo ello, a escote, naturalmente.

Ya finalizaba la tarde y maravillados por esta visita a Orihuela, cuando el citado jurista malagueño, Ricardo Mena, después de escucharme durante varias horas poniendo en valor el inigualable patrimonio oriolano así como algunas pinceladas históricas de los acontecimientos más destacados, me dijo: " los oriolanos no tenéis más remedio que echar una mirada al pasado y adquirir un compromiso serio de futuro ".

Es cierto, ahora que Orihuela se enfrenta a nuevos retos ante un futuro incierto e inmediato, donde cada día contemplamos la cara más fea de la vida, por una ausencia de valores, por una falta de respeto humano, y a una crisis brutal que atosiga a miles de familias. Y es, precisamente ahora, cuando estamos obligados a redescubrir el legado que nos dejaron nuestros antepasados y reconocer nuestros errores: qué hemos hecho y qué hemos dejado de hacer. ¿ Es que no somos capaces de recordar lo mejor de nuestro pasado y estaremos obligados a repetirlo ?.

Cuando la ciudadanía está preocupada por llegar a fin de mes, poder pagar la hipoteca, el miedo a perder el empleo, la subida de precios y otras miserias, no deberíamos malgastar el tiempo mirándonos el ombligo y dando prioridad a nuestro ego, olvidando lo más elemental: nuestro compromiso ciudadano. Y, sobre todo, como me decía el citado jurista Ricardo Mena: " Hay que tener en cuenta que, el secreto del éxito está en la humildad ".

No, no es un sueño las grandísimas posibilidades que tiene Orihuela de progreso. No es un sueño encontrar el nexo de unión que pudiera ofrecer a nuestros visitantes no sólo un Casco-Histórico, no sólo un magnífico conjunto de museos, no sólo una ruta de buenos y competitivos comercios, sino una serie de atractivos consustanciales a la actividad económica y social.

A veces se olvida que un proyecto de ciudad no es responsabilidad de unos pocos, sino que debe ser el producto del acuerdo y colaboración de todos. Ahora en tiempos de crisis, más que nunca,
las fuerzas políticas están llamadas a crear ilusión en la ciudadanía, y todos estar dispuestos a trabajar en favor de un proyecto común.

Si o sí, sobre todo, siguiendo el mensaje del filósofo Santayana, utilizando: " La Razón en el Sentido Común ".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Orihuela se ha perdido mucho al no nombrarle a Vd, "guía oficial de la ciudad". Todo hombre o mujer importante recurre a D. Antonio Pérez para que le enseñe bien la población y sus monumentos.
D. Antonio dice en este trabajo que "la base del éxito es la humildad", parafraseando a otro grande. Nada más verdad, pero, ¿eso va con usted?
También habla del "ego", "mirarse el ombligo"... ¡Madre mía, si D. Antonio se ha fotografiado en este artículo!