martes, 27 de mayo de 2008

EL FOLLÓN DEL PARTIDO POPULAR

A nadie se le escapa que el Partido Popular ha entrado en una crisis globalizada, primero una crisis por la derrota en las últimas elecciones, después el abandono o limpieza de los personajes más significativos del Partido, la feroz discusión sobre si Mariano Rajoy si o Mariano Rajoy, no. El caso es que la " jaula de grillos " está en marcha, donde unos luchan a muerte para no perder privilegios, otros para ganarlos y, mientras tanto, el electorado asombrado de tanto esperpento. Y si faltaba algo, el Partido Socialista, disfrutando de lo lindo por aquello de dar leña al mono.

A muchos se les ha olvidado, o no lo saben, que democracia quiere decir gobierno del pueblo; es el pueblo quien tiene en último término la palabra. El ciudadano no tiene tiempo ni preparación para dedicarse a intervernir en todos los asuntos público. Pero el ciudadano a través de sus representantes, la democracia la convierte en democracia representativa.

El problema por el que atraviesa el Partido Popular se origina desde muchos frentes. La pérdida de las elecciones generales, la marcha o el despido de muchos pesos pesados, la llegada de otras personas con buen curriculum y poca experiencia donde nadie quiere perder privilegios, tanto los que se van como los que llegan. Y, lo más esencial, no contar con sus afiliados.

El proceso congresual ni es claro ni transparente, desde el momento en que esa aparente libertad para que se presente cualquier afiliado a presidir el Partido, está sujeta a conseguir un importante número de avales que sólo están al alcance de quien domina el Partido. Por esta razón, el actual sistema de elección no es una prueba para un partido democrático. Es cada vez más conocido a nivel mundial que la celebración de unas elecciones, incluso internas, no es una garantía de que un partido es capaz de aprobar un examen sobre el estado de salud democrática.

Por la poca libertad que, en este caso, tiene el afiliado son las jerarquías de los partidos quienes controlan las elecciones, las listas de candidatos, compromisarios y a los avalistas políticos, controlando a los elegidos.

De ahí que muchos hayan comenzado a discutir el liderazgo de Mariano Rajoy y estén pidiendo a gritos unas elecciones primarias de participación activa y directa. La efectividad y la prudencia aconcejarían ir introduciendo paulatinamente una renovación en los sistemas de elección de cargos dentro de los partidos políticos, a pesar de la resistencia manifiesta, como en el caso que nos ocupa, del Partido Popular.

Las elecciones democráticas y participativas tienen la posibilidad de llevar a nuevos líderes al poder ya que son una parte crucial de un sistema democrático y acabar con la anarquía de personas que llevan cuarenta o cincuenta años en el poder político sin dar oportunidad a otras personas con otras ideas, y con otros conceptos más actualizados.

Creo que, ante la situación de crisis actual, el horno no está para bollos. Aunque, en ocasiones, la evolución de los partidos políticos es necesaria, desde mi punto de vista, los responsables del Partido Popular tienen que pensar que la gran mayoría de los más de diez millones de votantes están cabreados por el bochornoso espectáculo que algunos de sus miembros están dando, cuando deberían estar pensando adoptar comportamientos responsables.

Aunque estas y otras muchas consideraciones, no hay espacio para más, nos hacemos muchos miembros del Partido Popular, parezcan utópiocas, a veces, es bueno tener la cabeza en las nubes.....pero con los pies en el suelo.

De momento, en el Partido Popular, la guerra está servida. Pero, no hay que preocuparse, al final la sangre no llegará al río...... ¡ Menudo follón !

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