lunes, 17 de marzo de 2008

EL ABUELO

Referirse al Abuelo, Nuestro Padre Jesús Nazareno, es hablar del Miércoles Santo y de la mayor parte de la historia de la Semana Santa de Orihuela. Los frailes Franciscanos, allá por los años 1494 y 1498, dotaron a la Venerable Orden Tercera de una gran espiritualidad, la que con el tiempo fue transmitida al conjunto de Cofradías, Hermandades y Mayordomías oriolanas y, sobre todo, a la de su propia representación: La Mayordomía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

El tic mágico del tiempo quiebra en un espasmo de dolor, y el corazón de los oriolanos se estremece en esa tarde de miércoles, con la presencia del Cristo de la Agonía, magnífica obra de Salzillo. La imagen Dolorosa y San Juan y la del patrón de la ciudad, Nuestro Padre Jesús Nazareno, obras del ilustre D. José Sánchez Lozano, que sustituyó a la inconmensurable imagen de Nicolás de Bussi, destruida en la guerra civil.

En ese incomparable atardecer, con su cielo azul amoratado, adornado de palmeras en torno a las " Espeñetas " y como testigo La Cruz de la Muela, todavía veremos, junlo a miles de oriolanos y visitantes, la inconfundible figura ¡ quiera Dios que nunca desaparezca !, de nuestras gentes de la huerta, vestidos con su clásica blusa negra, sombrero y bastón que durante siglos han rendido homenaje de fervor y cariño a Nuestro Nazareno.

Asimismo, el Miércoles Santo es la Orihuela de los barrios. Dos rincones universales: San Francisco y el Rabaloche, ¡ ahí es nada !, cuna de gestas, historia y leyenda. La Cofradía de la Santa Cena, fundada por los frailes Capuchinos, que da contenido al sector obrero y, a la vez, genuino y auténtico.
Aquellas inolvidables Juventudes Marianas.......

Tiempos difíciles, del pan de cebada y " minchos ", pan de máiz con aceite y pimiento molido, que hoy se enorgullecen con su Paso de la Santa Cena, trece imágenes del gran escultor Enrique Galarza y el de Nuestra Señora de los Ángeles, de García Quinto, siendo uno de los baluartes de la Semana Santa oriolana.

En esa noche mágica de miércoles se une la Real Archicofradía de El Pilar y la Real Cofradía de El Lavatorio, cuya presencia en las procesiones ya se detallan en las Actas de Juntas de la Venerable Orden Tercera, allá por el año 1691. Otras posteriores, llegando a una de 1905 que ilustra perfectamente su origen.

Extraordinaria procesión con sus Salzillos: El Lavatorio y San Pedro Arrepentido, auténticas joyas, con su peculiar y exclusiva Centuria Romana capitaneada por ese personaje tan querido como es Julio Sabuco. Junto a los atrayentes pebeteros esparciendo el incienso con su característico olor que al mezclarse con el azahar que impregna la ciudad en estas fechas se convierte en un escenario sin igual. Eso, en Orihuela, es oler a Semana Santa.

Culminará todo, con el Paso de la Virgen de la Esperanza, rostro bellísimo donde los haya, con su manto verde, corona y mantilla, y magnífica candelería que en esa noche oriolana tendrá a la luna como testigo, para regocijo de los muchos miles de personas que abarrotarán nuestras calles y plazas.

No faltará la Centuria Romana, santo y seña de una tradición de siglos, que bajo la advocación de Nuestro Padre Jesús Nazareno transmite el sentimiento popular y religioso de una Semana Santa como pocas. La Semana Santa de Orihuela. La Semana Santa del Abuelo.